No deja de sorprendernos, si no enfadarnos, cuando al buscar la receta del pollo al chilindrón nos aparece publicidad de los destornilladores que buscamos el día anterior en google. O lo que es peor, cuando nuestra pareja busca actividades para niños en la zona y le sale publicidad del regalo sorpresa que buscamos para ella el día anterior en el ordenador de casa.
¿Qué ocurrió cuando la matrículas de los coches llegaron al 9999-ZZ? Pues empezamos con la nueva numeración 0000-BBB. ¿Qué ha pasado cuando se han agotado los números de móvil que empezaban por 6? Pues que ahora hay números de móvil que empiezan por 7. La vida cotidiana está llena de ejemplos de servicios cuyas previsiones han sido ampliamente sobrepasadas por sus usuarios. Esto mismo es lo que ha ocurrido con las direcciones de red IP versión 4, más de 4300 millones no han sido suficientes y hay que buscar una solución.
ÚLtimamente se oye hablar mucho de "Internet de las Cosas", que es una forma corta de decir que vamos a conectar a Internet hasta nuestras zapatillas de andar por casa, para poderlas calentar desde el móvil cuando volvamos del trabajo con los pies frios. La idea es buena, hay cosas que está muy bien poder controlar y/o monitorizar remotamente, pero a veces este tema da que pensar.